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La jornada electoral del pasado domingo dos de junio en México, reveló que, ante la numerosa intención de participación de los votantes, las casillas normales y especiales quedaron rebasadas. Como es de esperar, causó interminables filas para votar y en los peores casos, muchas personas no lograron ejercer su voto, incluido el que escribe esta nota. Algunos conocidos cercanos, tardaron desde quince minutos hasta tres horas en una casilla normal y desde dos hasta ocho horas, en casillas especiales.
Tal situación se extendió a los mexicanos en el extranjero, quienes también acudieron copiosamente a consulados y embajadas en algunas ciudades principales. No todos pudieron votar, pero además, hay muchísimos más que quizás hubieran deseado ejercer ese derecho, pero por falta de información y los medios para realizarlo, se ven impedidos para participar en la fiesta democrática.
Cada vez que en México hay día de votaciones el escenario es el mismo: miles de viajeros pierden la oportunidad de ejercer su voto, por no encontrarse en su zona electoral.
Nuestra realidad exige una rápida adopción de lo digital, como el voto electrónico
Hoy en día es común realizar todo tipo de gestiones a través de medios electrónicos, tanto públicas como privadas. Desde obtener y gestionar un producto bancario, obtener el acta de nacimiento y hasta cumplir con todas las obligaciones fiscales ante el SAT. Las tecnologías y dispositivos actuales, tanto físicos como digitales, nos permiten autenticarnos plenamente. El avance tecnológico ha permeado prácticamente todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
Sin embargo, hay un ámbito crucial en el que la tecnología aún no ha alcanzado su máximo potencial en México: el sistema de votación. A medida que el mundo avanza hacia la digitalización, el voto electrónico emerge como una necesidad impostergable en el panorama político de nuestro país.
El voto electrónico, o e-voting, es un sistema que permite a los ciudadanos emitir su voto de forma digital, generalmente a través de dispositivos electrónicos conectados a internet. Esta modalidad ofrece una serie de ventajas significativas en comparación con el sistema tradicional de votación manual.
Entre otras cosas, agiliza el proceso electoral al reducir significativamente el tiempo necesario para emitir y contar los votos. Con este sistema, los resultados pueden ser tabulados y anunciados en cuestión de minutos, en lugar de horas o días. Al eliminar la intervención manual en el proceso de votación y conteo, el voto electrónico reduce considerablemente la posibilidad de errores humanos, como el mal conteo de votos o la confusión en las papeletas electorales.
Asimismo, le permitiría votar a diferentes grupos, como las personas con discapacidades físicas o movilidad reducida, los adultos mayores, los mexicanos que se encuentren transitoria o permanentemente fuera de su domicilio.
Contrario a algunas preocupaciones iniciales, los sistemas de voto electrónico han demostrado ser seguros y confiables cuando se implementan correctamente. Los protocolos de seguridad digital pueden garantizar la integridad del proceso electoral y proteger la privacidad del voto de los ciudadanos.
Los desafíos de la implementación del voto electrónico en México
Si bien el voto electrónico ofrece numerosas ventajas, su implementación también plantea desafíos que deben abordarse de manera cuidadosa y responsable. Uno de los principales obstáculos es la infraestructura tecnológica necesaria para garantizar la seguridad y la confiabilidad del sistema. La tecnología de Blockchain permitiría el registro, trazabilidad y transparencia en la generación y conteo de votos. Por ello es crucial invertir en tecnología de punta y en medidas de ciberseguridad robustas para proteger la integridad del proceso electoral.
Además, es fundamental garantizar la inclusión y la participación equitativa de todos los sectores de la sociedad en el proceso de voto electrónico, principalmente, el gobierno, los partidos políticos y los organismos electorales. Esto requiere ofrecer capacitación y apoyo técnico a todos los involucrados en el proceso electoral para asegurar que nadie sea excluido de participar en las elecciones debido a barreras tecnológicas o de acceso.
El voto electrónico representa un paso crucial hacia la modernización y la democratización de nuestro sistema electoral. Al ofrecer una alternativa eficiente, segura y accesible al sistema de votación tradicional, el voto electrónico tiene el potencial de fortalecer la participación ciudadana, mejorar la transparencia y la integridad del proceso electoral, y sentar las bases para un sistema político más justo y representativo en México.
Es tiempo de que la Credencial para Votar sea reforzada con los medios de seguridad integrados y reflejos, que permitan autenticar a las personas, tal como sucede con el Pasaporte Electrónico, la e.firma del SAT o la Firel del Poder Judicial de la Federación.
En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, es hora de que México dé el salto hacia el futuro del voto electrónico. La implementación de este sistema no solo es una necesidad impostergable, sino también un paso crucial hacia una democracia más sólida y resiliente en el siglo XXI.