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Hace algunos años no me imaginaba que un pilar muy fuerte en mi desarrollo laboral, fuera el trabajo con los niños.
Cuando me decían que por mi afinidad con los niños debía dedicarme a estudiar algo con la docencia, pedagogía o puericultura, me parecía que me estaban deseando lo peor; los niños sí que me han gustado desde siempre, y me atrevo a decir que los niños desde un inicio se han sentido cómodos conmigo en lo general. Pero para mí dedicarme al “dar clases” o “cuidar de los niños” parecía una monserga, una tarea poco redituable, que requiere dejar de ser tú para enfocarte en el menor.
Me confieso fan no tan de closet de Disney. Su mundo mágico, me parecía ridículo por cómo querían infantilizar los espacios para la niñez desde un punto de vista muy “Kitsch” cayendo en una atmósfera circense o llena de estereotipos visualmente y auditivamente muy invasivos e incluso grotescos. Eso supe que no iba conmigo, sin embargo mi afinidad con los niños ahí seguía, y los niños me seguían buscando no sé por qué razón, pero seguían buscándome y disfrutando nuestras ocurrencias.
Por una serie de eventos caóticos, inesperados pero muy acertados, mi destino cambió poco a poco a la hotelería, siendo Kids Club el área en la que apostaron sería la ideal para mi. En un inicio estuve a cargo de la apertura, sus procesos, manuales, seguimientos, todo para dejar estructurado un Kids Club, que fuera mucho más que eso, es más que dejara de ser un Kids Club para convertirse en algo así como “experiencias y actividades al huespedcito”.
Los objetivos a conseguir con el Kids Club para huspedcitos en hotelería de ultra lujo
El segmento objetivo era un reto, posiblemente el terror de los educadores: niños con recursos ilimitados y a libre demanda.
Desde un inicio, la visión que tenían del Kids Club hacía match con la línea del hotel. El ultra lujo, el servicio, las experiencias únicas, la anticipación y todas esas amenidades que hacen tan especial y exclusiva a la hotelería de más alto calibre. La vara estaba alta, aunque el equipo que lideré estaba sobrado en creatividad y pasión así que nos dimos vuelo.
Al inicio creamos una gran variedad de actividades con pocos recursos, ya que hubo un desfase entre la entrega de la obra y el inicio de operaciones; esto no fue impedimento para realizar un menú de actividades y disfrutar del reto. Lo mantuvimos simple, no contábamos con consolas de Xbox, Nintendo y esas cosas que se esperan de todo típico Kids Club, hasta ya bien entrada la operación.
Nuestro material de trabajo consistía en piedritas del camino, hojas secas, y el “material educativo más selecto, caro y fino” que pudimos encontrar en la zona. La mayoría era material de Parisina, Waldos y Prichos o cualquier opción de “Todo por 3 pesos”.
Los niños quieren aprender, pero no se quieren dar cuenta de que están aprendiendo
Método Montessori o no, lo logramos ¿Cómo es que incorporamos materiales de lo más ordinario (incluso corrientes) a nuestro hotel de super lujo? ¿Cómo es que logramos que cosas tan comunes y económicas mantuvieran a nuestros niños más que asombrados, divertidos, entretenidos? El truco era hacerlos creer que con nuestra ayuda, encontraron la respuesta a las dudas más impactantes, ellos disfrutaban aprender por medio del descubrimiento.
Era fácil, quizá quienes son papás saben que muchas veces es más apreciada la caja que el juguete en sí. Se aprecia más la botella vacía que el juguete estimulante, educativo, con diseño y luces. Sin embargo, nosotros no teníamos a toddlers que pudiésemos entretener con un corcho y tuppers. Trabajamos con niños de más de 5 años, y creamos todo un mundo de recursos y actividades para ellos.
Logramos mantener interesados con cosas ordinarias a niños que viven rodeados de privilegios. Fue asombroso ver a estos niños descubrir las respuestas a las preguntas más tribales viviendo una experiencia inolvidable. En este momento entendí que no importa que tengan al alcance drones, consolas, carritos de golf, clínicas de fútbol, citas en el mini spa e incluso viajes a Disney al menos 1 vez por año… experimentar y descubrir siguen llevando la delantera.
Es increíble lo que puedes hacer para mantener el interés de un niño usando arena, foamy diamantado, pegamento líquido y cinta doble cara cuando tienes un buen plan desarrollado. En la hotelería de ultra lujo o de batalla es necesario contar con un plan de entretenimiento y experiencias enfocado en los niños.
¿Crees que al Kids Club de tu propiedad le falta un plan? Contáctame, puedo ayudarte con una asesoría o incluso, desarrollar y ejecutar el plan completo.