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En vísperas del solsticio de verano —cuando el calor ya te hace sudar hasta los recuerdos—, los de TechTurismo.media fuimos invitados al quinto encuentro por el Caribe mexicano. Un evento de esos que combinan lo sabroso del destino con lo urgente del planeta. Esta edición se centró en algo que muchos turistas ni notan, pero que es más valioso que cualquier resort: los manglares.
La cosa no fue cualquier paseo en catamarán. Aquí se habló en serio del rescate y conservación de los manglares que rodean nuestras queridas costas de Quintana Roo —sí, ese pedacito de paraíso donde caben Cancún, Isla Mujeres, Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum, Mahahual y Chetumal—, y también de toda la joyita natural que es la barrera arrecifal mesoamericana, que compartimos con Belice, Guatemala y Honduras. Un tesoro más antiguo que mi colección de mapas de carreteras.
Los manglares en el Caribe Mexicano ¿Por qué tanto alboroto?
¿Y por qué tanto alboroto por estos árboles de raíces raras? Pues porque los manglares son la primera línea de defensa contra huracanes, como los viejos rompeolas pero vivos y con hojas. También son hogar y refugio de especies que van desde peces y cangrejos hasta aves migratorias que hacen escala como si fuera una fondita de carretera.
Además —y esto es cosa seria— los manglares tienen la superpoderosa capacidad de filtrar sal del agua y atrapar carbono como si fueran aspiradoras naturales. Por eso existen tanto en el Caribe como en el Golfo y hasta en el Pacífico mexicano.
Durante el evento, se presentaron los planes de rehabilitación y conservación liderados por la SEMARNAT y los gobiernos locales, conscientes de que sin estos ecosistemas delicados —donde selva, humedal y mar se dan la mano como viejos compadres—, nos quedamos sin fauna, sin oxígeno y sin futuro.
Tuvimos el gusto de escuchar a cuatro ponentes de peso, cada uno con su visión, sus logros y sus buenos tropiezos. Todo esto fue posible gracias a la banda de Cancun Sailing, que puso manos, barco y corazón para que este evento se hiciera realidad. Los ponentes fueron:
- Monkey Sanctuary – Akumal (donde los monos saben más de ecología que muchos humanos)
- Colectivo Manglares – Cozumel (defensores de raíces y ramas)
- Laguna Manatí (un paraíso escondido, no apto para turistas apurados)
- Uno más que, entre tanto calor y camarones, se me fue el nombre… cosas de la edad. Pero créanme, estaba bueno.
Cerramos con un deseo: que el desarrollo sustentable en la Riviera Maya no sea sólo discurso de folleto turístico, sino una realidad que preserve nuestros arrecifes, nuestras costas y, por supuesto, nuestros manglares, flora y fauna. Porque sí, el futuro es verde, pero no por moda, sino porque no hay plan B.