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El pasado 28 de octubre, Sean Duffy, secretario de Transporte de los EE.UU., ofreció una conferencia de prensa en el aeropuerto LaGuardia Airport (Queens, Nueva York) para anunciar una medida drástica: la revocación de la aprobación de 13 rutas de aerolíneas mexicanas hacia EE.UU. y la cancelación de todos los vuelos combinados de pasajeros + carga (“belly cargo”) de compañías mexicanas desde el Felipe Angeles International Airport (AIFA) con destino a Estados Unidos.
En su declaración, Duffy sostuvo que México “ilegalmente canceló y congeló vuelos de compañías estadounidenses durante tres años sin consecuencias”.
Además anunció que se congelará el crecimiento de los servicios de “belly cargo” de aerolíneas mexicanas entre los EE.UU. y el Benito Juárez International Airport (AICM) hasta que se rectifique el incumplimiento.
13 rutas de aerolíneas mexicanas hacia EE.UU. canceladas ¿Cómo funciona esta medida y qué beneficios persigue?
La decisión del departamento de Transporte de EE.UU. (DOT) tiene varios componentes técnicos pero con impactos claros:
- Revocación de la aprobación para rutas nuevas o planificadas por aerolíneas mexicanas hacia EE.UU. (13 rutas) y suspensión inmediata de algunos vuelos existentes.
- Cancelación de todas las operaciones combinadas de pasajero + carga (belly cargo) desde el aeropuerto AIFA hacia EE.UU. por aerolíneas mexicanas.
- Propuesta de prohibir que aerolíneas mexicanas de pasajeros transporten carga “belly” entre el AICM y EE.UU., que entraría en vigor en unos tres meses si se confirma.
- Justificación regulatoria: México habría incumplido el United States–Mexico Air Transport Agreement firmado para liberalizar el transporte aéreo, especialmente cuando en 2022 revocó franjas horarias (slots) de aerolíneas estadounidenses y forzó el traslado de carga.
Los beneficios que pretende Estados Unidos con estas medidas incluyen: restablecer un terreno de competencia más justo para sus aerolíneas, proteger el acceso al mercado norteamericano frente a lo que considera ventajas injustas de las compañías mexicanas, y enviar una señal regulatoria fuerte de que los acuerdos bilaterales de aviación no son meramente simbólicos.
¿A quién va dirigida la cancelación de 13 rutas de aerolíneas mexicanas hacia EE.UU.?
La medida tiene implicaciones directas e indirectas para varios grupos:
- Viajeros (especialmente pasajeros entre México y EE.UU.): podrán ver cambios de rutas, cancelaciones o reacomodos en sus vuelos, especialmente los que volaban entre AIFA o AICM y destinos de EE.UU. informados. El DOT ya alertó que planes de viaje podrían verse afectados y que los pasajeros deben contactar a su aerolínea.
- Aerolíneas mexicanas como Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus se encuentran directamente al centro de esta regulación. Sus rutas autorizadas, planificadas o incluso futuras están congeladas o revocadas.
- Inversionistas turísticos, operadores de viaje, OTAs (agencias de viajes online): el flujo de turistas entre EE.UU. y México, una ruta clave, puede resentirse. Las cancelaciones o modificaciones de rutas impactan la conectividad aérea, lo que a su vez afecta hoteles, resorts, destinos turísticos, y las agencias que organizan viajes transfronterizos.
- Mercado de carga aérea y logística: el “belly cargo” es relevante para mercancías sensibles al tiempo (pharma, perecederos, e-commerce). La restricción de este tipo de servicio desde México hacia EE.UU. abre un nuevo riesgo logístico y de coste para operadores de carga aérea o para destinos turísticos que dependen de ese tipo de vuelos para insumos.
Impacto esperado de la cancelación de las 13 rutas en la industria del viaje y la inversión turística
El impacto de esta decisión es múltiple y de largo alcance:
En términos de conectividad aérea:
La revocación de 13 rutas y la cancelación de vuelos desde AIFA implican que ciertas rutas estratégicas se eliminan de la oferta inmediata: por ejemplo, vuelos de Aeroméxico entre AICM y San Juan; Volaris entre AICM y Newark; Propuestas de Viva Aerobus entre AIFA y Austin, Nueva York, Chicago, Dallas, Denver, Houston, Los Ángeles, Miami y Orlando.
Menos rutas implica menor conectividad para pasajeros mexicanos o americanos que vuelan entre ambos países, lo que puede subir precios, generar congestión en las rutas restantes y disuadir algunos viajes.
Para la industria turística mexicana:
México es uno de los destinos más visitados por ciudadanos de EE.UU.; cualquier interrupción en la conectividad aérea representa un riesgo para el flujo de turistas, que a su vez afecta hoteles, resorts, transporte local, tours, y servicios asociados. Inversionistas deben considerar el nivel de riesgo actual y la “volatilidad regulatoria”.
Para las OTAs y operadores de viajes:
Los cambios en la oferta de vuelos pueden repercutir en cancelaciones, cambios de itinerario, mayores costes de reacomodo y por lo tanto la necesidad de mayor gestión logística. También podría abrir oportunidades de venta de rutas alternativas o destinos distintos si ciertas rutas mexicanas quedan limitadas.
Carga aérea y logística turística:
Los destinos turísticos no solo dependen de pasajeros, sino también de insumos que llegan por vía aérea. La prohibición de “belly cargo” desde México impacta la eficiencia logística para mercancías sensibles al tiempo. En destinos que dependen del turismo internacional, esto añade un nuevo coste operativo.
Mercado de aerolíneas mexicanas y estructura competitiva:
La medida pone una presión regulatoria sobre las aerolíneas mexicanas de cara a EE.UU., lo que podría reducir su crecimiento, encarecer sus operaciones, y generar mayor incertidumbre para los inversores en este sector. La competitividad frente a aerolíneas estadounidenses se ve cuestionada, lo que a su vez puede modificar la estrategia de alianzas, fusiones o rutas de expansión.
Conflicto de fondo y contexto regulatorio
Para entender bien la medida y cancelación de 13 rutas hay que remontarse a la dinámica de los últimos años entre México y EE.UU. en materia de transporte aéreo:
- México supuestamente ha incumplido el acuerdo bilateral de transporte aéreo al revocar franjas horarias de aerolíneas estadounidenses en el AICM y forzar a compañías de carga a trasladarse de sede desde el aeropuerto principal de Ciudad de México, lo cual ha sido considerado como una acción arbitraria que distorsiona la competencia.
- Desde 2022, el DOT de EE.UU. considera que México no ha respetado las obligaciones del tratado, especialmente por prácticas como requerir la reubicación de aerolíneas estadounidenses o limitar sus slots sin justificación clara.
- Las aerolíneas estadounidenses argumentan que el mercado México-EE.UU. es estratégico, que representa casi el 10 % del tráfico internacional norteamericano según algunas estimaciones, y que la falta de transparencia y competencia desleal pone en riesgo su participación.
- El contexto también incluye medidas previas: por ejemplo, el DOT ordenó a Delta Air Lines y Aeroméxico terminar con su joint venture por razones anticompetitivas, lo que forma parte del endurecimiento regulatorio hacia el mercado aéreo México-EE.UU.
Este marco deja en claro que la medida anunciada no es un incidente aislado, sino un escalamiento dentro de una disputa regulatoria mayor. Para inversionistas y actores de viajes, es esencial entender que el riesgo regulatorio en el espacio de conectividad aérea México-EE.UU. está latente
La revocación de las 13 rutas por parte del DOT de EE.UU. y la suspensión de operaciones de “belly cargo” de aerolíneas mexicanas marcan un punto de inflexión en la conectividad aérea México-Estados Unidos. Más allá de los efectos inmediatos sobre rutas específicas y aerolíneas concretas, el mensaje es claro: la estabilidad regulatoria es un factor clave para cualquier negocio que dependa del flujo aéreo transfronterizo.
Para los viajeros, es momento de ser aún más diligentes al planear rutas México-EE.UU. y verificar cualquier alteración de última hora. Para los inversores del turismo y las OTAs, el escenario exige replantear riesgos, reforzar alternativas y diversificar conectividad. Y para las aerolíneas y operadores de logística, implica ajustar estrategias a un ambiente donde las reglas del juego están siendo reforzadas.
La conectividad aérea no es solo cuestión de aviones y pasajeros, sino de marco legal, bilateralismo y competitividad. Los que lo comprendan y actúen con anticipación se colocarán en ventaja frente a un escenario que puede evolucionar con rapidez.

