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De acuerdo a un estudio de la European Union Aviation Safety Agency, los vuelos y en general el sector de la aviación, generan 1000 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, que equivale a un poco más del 2% de la cantidad total mundial.
Una encuesta de la consultora Gallup, por ejemplo, reveló que cerca de la mitad de los estadounidenses no vuela en absoluto, mientras que los que lo hacen se suben a un avión lo suficiente como para elevar el promedio a unos dos vuelos por año por habitante.
Las intenciones de los viajeros están disponibles, y algunas aerolíneas ya ofrecen sistemas de compensación a su huella. Pero pensar en electrificación para la descarbonización futura es una alternativa remotísima para los vuelos. La bandera de largada la imprimieron en Europa con la apuesta a un nuevo tipo de combustible sostenible, creado a partir de una iniciativa llamada Destination 2050 para contribuir a los objetivos de neutralidad climática de la Unión Europea. El plan consiste en que los vuelos domésticos y con origen desde 32 países europeos deberán tener 0 emisiones netas de CO2.
SAF, su producción y el impacto en el ecosistema
El SAF o en español, Combustible Sostenible para la Aviación, se produce con residuos de la agricultura y la ganadería, aceite de cocina usado o grasa animal. Sus emisiones son un 80% menores en CO2 en comparación con los combustibles fósiles.
Para que un combustible sea considerado SAF, debe cumplir con las siguientes condiciones:
- Obtener una certificación de seguridad y rendimiento para cualquier vuelo de pasajeros
- Que una entidad independiente certifique que el combustible reduce sus emisiones entre un 50-60%.
- Su fabricación no debe afectar a la diversidad social, económica o ambiental.
Este biocombustible podría producirse a partir de desechos municipales. Por otro lado, los gases emitidos se pueden reutilizar como materia prima para fabricar más biocombustibles.
Esta opción es una alternativa “inmediata” al reto de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en vuelos de corto, medio y largo trayecto.
Los retos a los que se enfrenta la producción de SAF
La producción de SAF es escasa en comparación con la demanda, este es el principal reto al que se enfrenta. En la actualidad solo se puede cubrir un 0,05% de la demanda global, no existe un proyecto de producción a gran escala y es urgente contar con una estrategia que logre atender a la demanda de forma escalable.
Air-CRAFT y su contribución a los desafíos del SAF
El Centro de Tecnologías de Combustibles Avanzados y Renovables para la Aviación, es una iniciativa única que reunirá actores decisivos en la cadena de valor: formuladores de políticas industriales, reguladores de la aviación, productores de combustible, académicos e investigadores, fabricantes de aeronaves y motores, y operadores aéreos.
La nueva iniciativa se anunció en la COP28.
El gobierno de Estados Unidos apoya que Air-CRAFT esté vinculado al acuerdo intergubernamental de Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos ‘Partnership to Accelerate Transition to Clean Energy’ (PACE).
Los Emiratos Árabes Unidos son un líder energético global que está activamente buscando la descarbonización de su economía, es el anfitrión de la COP28 y declaró el 2023 como el Año de la Sostenibilidad en el país.
El Ministerio de Energía e Infraestructura de los Emiratos Árabes Unidos publicó el Plan Nacional de SAF que incluye cinco principios para acelerar la descarbonización del sector y transformarlo en un hub regional para combustibles alternativos para la aviación. Estos son:
- Establecer la ambición: 700 millones de litros de SAF para 2030.
- Acelerar el despliegue y la innovación tecnológica de SAF.
- Desarrollar el entorno regulatorio nacional para SAF.
- Construir capacidad local para impulsar el valor nacional.
- Liderar la colaboración internacional.
El Centro de Tecnologías de Combustibles Renovables y Avanzados para la Aviación (Air-CRAFT) buscará la industrialización de la producción y creará un ecosistema para abordar los cinco principios del Plan Nacional de SAF.