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La Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó recientemente un reporte en el que expresa su preocupación formal por el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y el hecho de que esta esté concentrada en las manos de unas pocas empresas privadas.
La ONU propone la creación de un órgano regulador de IA
Con la finalidad de prever riesgos, la ONU propone crear un órgano consultivo similar al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que asuma la responsabilidad de reunir información actualizada sobre la IA y sus riesgos.
¿Qué busca la ONU con la propuesta de regulación?
El pasado 3 de septiembre, el Secretario General de la ONU, António Guterres, declaró en un foro sobre desarrollo de capacidades de inteligencia artificial (IA) celebrado en Shanghái (China), que las capacidades de la IA se concentran “en un puñado de empresas poderosas y en un número aún menor de países”.
Con la idea de democratizar la IA y cerrar la brecha tecnológica, el reporte informa que es necesario que los 193 miembros de la ONU debatan y acuerden regulaciones, especialmente en relación con los países menos favorecidos. Se solicita que las organizaciones tomen medidas para asegurar que los países con menos recursos tengan acceso a este tipo de tecnología.
Fondo de IA para respaldar proyectos en países con desventajas económicas
Para la ONU, la IA no puede ser democratizada si se deja afuera a los países con menor capacidad de inversión en tecnología. Bajo este razonamiento, busca crear un fondo de IA para respaldar proyectos en los países menos favorecidos. Consideran esta medida como una forma viable de cerrar la brecha entre los países más poderosos y los menos favorecidos.
Además, la ONU sugiere la creación de una oficina de inteligencia artificial dentro de la misma organización, que se enfoque en coordinar los esfuerzos existentes para cumplir los objetivos globales.
«La comunidad internacional está de acuerdo en que la IA presenta tanto riesgos como oportunidades», afirma Alondra Nelson, profesora del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, quien formó parte del órgano consultivo de la ONU por recomendación de la Casa Blanca y el Departamento de Estado.
Riesgos y oportunidades de la inteligencia artificial
La inteligencia artificial ha llegado para revolucionar todas las industrias que pueda alcanzar. Cada avance demuestra que su desarrollo progresa rápidamente, lo que dificulta su seguimiento. ChatGPT, por ejemplo, encendió las alarmas de científicos y empresarios que solicitaron una pausa de seis meses en el desarrollo de esta tecnología, con el objetivo de evaluar los riesgos.
Sin embargo, seis meses en términos de startups es una eternidad e imposible de sostener. A pesar de ello, la preocupación está fundada; hasta ahora, todos hemos sido testigos de los usos negativos que puede tener la IA, entre los más conocidos están la automatización de la desinformación y la generación de videos y audios deepfake.
Las propuestas de la ONU se presentan en un momento en que Estados Unidos y China compiten por liderar una tecnología que promete enormes beneficios.
El enfoque de no intervención adoptado por el gobierno estadounidense obligó a California a proponer sus propias regulaciones sobre inteligencia artificial. Muchas empresas enfocadas en IA, con sede en Los Ángeles, criticaron las primeras versiones de estas normas, que les exigían informar de sus actividades al gobierno, lo que derivó en una flexibilización de las regulaciones.
Urgencia de una regulación global para la IA
Es urgente clasificar los modelos de IA según su nivel de riesgo, crear una regulación que aplique a todos y reducir la brecha tecnológica, dado el potencial de esta tecnología para el desarrollo sostenible. Con muchas de las metas de los Objetivos de la Agenda 2030 fuera de curso, la inteligencia artificial puede ser clave para ayudarlas a avanzar.