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Soy Mauro Jimenez Mora, tengo entre 55 y 60 años (no quiero confesarlo) y he vivido más revoluciones tecnológicas de las que puedo contarles en esta historia, pero trataré de explicar lo que significa para mí y mi generación el avance de la tecnología.
La adopción de la tecnología en las búsquedas de información
Hace algunos años, antes del desarrollo de la internet como la conocemos ahora, era imperativo consultar un libro en una biblioteca para encontrar en unos minutos o incluso, horas lo que estamos buscando.
Al día de hoy, un buscador de internet (el que sea de su preferencia) despliega una lista de direcciones web y páginas promocionadas de los proveedores de servicios sobre cualquier tema de interés, ya sea con fines recreativos, escolares o de trabajo. De estas opciones, tenemos que elegir la que nos parezca la más adecuada, de acuerdo a nuestra consulta.
Si utilizamos una interfaz de inteligencia artificial, de las que ya se encuentran en uso, elegirá la opción más adecuada que nos brinde la respuesta más satisfactoria de acuerdo a sus parámetros establecidos previamente. ¿Ves a dónde voy?
El resultado se supone que será en base al registro de nuestro historial de búsquedas, a la naturaleza de nuestro trabajo y al análisis general de la información disponible en la red. Al final elegimos entre lo que ya elegimos previamente y lo que la AI determina que se acerca a lo que le solicitamos.
Sin embargo, aún requiere de la interacción de un usuario para ser útil y lo que recibes es el resultado de la decisión de un algoritmo.
Hoy podemos tener un resultado a nuestra búsqueda por medio de una interfaz de esta forma:
Cerca de 5,970,000 resultados (0.32 segundos)
De estos resultados tenemos que elegir el que nos parezca más adecuado a nuestras expectativas. Si utilizamos un algoritmo de IA tendremos un resultado similar en tiempo de búsqueda. La diferencia es que tendremos de uno a menos de diez resultados más acertados de acuerdo al tópico de nuestra búsqueda.
La interacción humana y la tecnología en el servicio
Para las generaciones que crecimos durante las últimas décadas del siglo veinte, es muy común que se prefiera el trato directo con otra persona incluso vía telefónica cuando se busca la contratación de un servicio o compra de cualquier producto. Es preferible tener un trato humano a humano a revisar las especificaciones online.
Con mis más de siete años en servicio al cliente en un call center de OTA logré confirmar de manera constante que no importa que pongas a disposición del cliente la mejor tecnología, con la mejor cartera de servicios y la información que requieren para trabajar, siempre buscan a un ser humano que les re confirme lo que tienen frente a sus ojos.
Las generaciones jóvenes, de menos de treinta años están más habituadas a una imagen, un video o utilizar las redes sociales a interactuar con un anticuado catálogo impreso… ya no digamos LEERLO… Hoy en día buscan escuchar y si pueden ver al mismo tiempo que se lo explicas por video, mucho mejor.
Para mi generación es bueno, vamos te veo de frente y dímelo a la cara.
Hace unos días, tuve el privilegio de desayunar con unos buenos amigos, en un restaurante muy conocido a nivel nacional. Para ordenar, estaba a punto de pedir el menú impreso, cuando el mesero nos indicó que podíamos revisarlo con el código QR correspondiente, al menos no nos atendió la “robotina” de los supersónicos o el R2-D2 de Star Wars… hablando de palabras arcaicas como “mandoble” “resma” o “legua”…
Siempre me he rodeado de gente joven, me sorprende su forma de razonar, su forma a veces tan simple de vivir. Lo veo en mis hijos, lo veo en mis nietos, lo veo en mis amigos y conocidos: todos somos impactados con la tecnología a diario, buscando una forma cada vez más rápida y eficiente de obtener las mismas cosas. Priorizamos el tiempo, porque por fin entendimos que no tenemos mucho, que es mentira que hay más tiempo que vida y deseamos con todo el corazón hacer que cada minuto cuente.
