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Y el chiste se cuenta solo: Make my day y say my name se escuchan como si alguien dijera “coman mamey”. Esta es la historia de miles de adultos que aprendieron otro idioma bajo un plan de estudios anticuado y sin buenos resultados. Al final lo aprendimos como todos: hablando por necesidad.
No está muy claro cuándo fue que el ser humano aprendió a comunicarse con palabras; si esto sucedió en la prehistoria o ya durante el desarrollo de los primeros asentamientos del hombre moderno, en realidad no se sabe con certeza. Sí aprendimos, aunque la tecnología a veces nos reste esa capacidad.
Los boomers aprendimos otro idioma en las aulas
No nos queda duda alguna que de acuerdo a la etapa evolutiva y geográfica, surgieron diversas lenguas que se volvieron altamente dominantes; lo fueron el idioma griego, el árabe, el chino, el náhuatl, el latín, el ruso, el quechua y el inglés.
En la actualidad, de acuerdo a su importancia económica para concertar acuerdos, contratos, y toda clase de documentos requerimos del aprendizaje y correcto uso al menos de uno de estos otros idiomas. Levanta la mano si hablas uno de estos idiomas porque así te enseñaron que debía ser.
Hasta hace algunos años podías asistir a una escuela donde atendía un profesor que llevaba consigo uno o más de sus libros y cuadernos. Podías tomar una clase o dos a la semana en horarios previamente establecidos, de igual manera podrías elegir aprender por tu cuenta, con cursos impresos y discos o cintas grabadas.
Al día de hoy, tenemos la ventaja de que siguen existiendo escuelas de enseñanza de idiomas con clases presenciales. Del mismo modo existen empresas virtuales en las que puedes elegir cualquier hora del día para capacitarte con docentes nativos del idioma que se desee aprender. Hacerlo en línea acorta distancias y elimina objeciones.
La mejor forma de aprender un idioma distinto al nativo es definitivamente hablándolo, incluso se ha comprobado que aquellas personas que tienen un mejor dominio de su propio idioma, lo pueden escribir de mejor manera. Al final todos los maestros te dicen lo mismo: No lo vas a aprender si no lo practicas.
Las generaciones que aprendieron otro idioma jugando en internet
Hoy las generaciones más jóvenes como los Millennials, los Z y los Alfa, aprenden otros idiomas incluso sin la formalidad de un maestro. Su curiosidad y su tendencia innata a ser tecnológicos los acercan de forma natural a aprender de otras culturas, otros idiomas y otros métodos de enseñanza solo para abrirse paso en los temas que los apasionan.
Los estudiantes de la generación Alfa requieren estímulos fuertes en todos los entornos pues se aburren y distraen muy fácilmente cuando usan herramientas de enseñanza tradicionales.
Tanto los niños como sus padres esperan un aprendizaje altamente personalizado y ajustado al ritmo e intereses de cada alumno tanto como sea posible.
Estamos en un momento complicado para la educación tradicional.
Existe un dicho, de que el idioma de los negocios es el inglés, que el idioma del amor es el francés… y a los perros se les habla en alemán (antes el Pastor Alemán era muy popular) además de que el idioma que más dificultades presenta para aprender, es el español.
Cómo agradezco haber nacido en México y tener como lengua materna uno de los idiomas más complejos de aprender, de lo contrario me vería forzado a intentar ladrar.