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Esta nota es sobre la cultura de prevención en Quintana Roo y la gran experiencia que la población vivió con el huracán Wilma hace casi 20 años y con Gilberto hace casi 40 años.
Para entender lo que sucede entre la población de Cancún cada que un huracán se aproxima a la península, primero debemos recordar a los huracanes que lo cambiaron todo: Gilberto y Wilma.
Dos huracanes que marcaron la historia de Cancún: Gilberto y Wilma
Gilberto, conocido como el huracán asesino o el huracán del siglo XX fue uno de los ciclones más devastadores del Atlántico; considerado uno de los más extensos de la historia alcanzó un área de mil 250 kilómetros y se convirtió rápidamente en uno de los más potentes que ha pisado la tierra.
Después de pasar por Jamaica como Huracán categoría 3, Gilberto se intensificó hasta llegar a categoría 5 y se mantuvo hasta llegar a la península de Yucatán impactando a Cozumel el 14 de septiembre de 1988. Los embates de Gilberto llegaron a una presión con vientos sostenidos de 287 k/h.
El huracán Wilma tocó tierra como categoría 5 casi 17 años después, el 21 de octubre del 2005 a las 20:30 horas entró por Puerto Morelos y se estacionó sobre la península por casi tres días. Fue lento, destructivo causando 72 horas de lluvias torrenciales con vientos de hasta 295 k/h.
Un frente frío sobre Yucatán golpeó a Wilma provocando que se estacionara sobre la península. Lo peor comenzó cuando el frente frío provocó que los vientos “retrocedieran”, es decir, cambiaron de dirección en sentido contrario al primer impacto.
El 98% de la infraestructura hotelera sufrió daños. Hoteles como El Pueblito, no se volvieron a levantar, en cambio el hotel Aqua se reconstruyó sin problemas.
Más de 3 mil postes de energía se vinieron abajo dejando a las ciudades afectadas sin luz por lo menos 3 semanas, aunque en las zonas más remotas llegaron a meses sin este servicio. Cancún estuvo sometido por la delincuencia con saqueos y vandalismo que superaron a los cuerpos de emergencia por más de tres semanas.
Nadie se esperaba que Wilma con categoría 5 tuviese un efecto tan destructivo en Cancún; la población no estaba lista para la catástrofe que dejó a su paso. La comida y el agua escaseaban y no había suficiente ayuda que pudiese detener la ola de delincuencia que se desató entre la población.
Cancún es un destino turístico ejemplo en prevención con respecto a ciclones
Desde que llegué a Cancún y se presentó la primera alerta por huracán, noté que la mayoría de la gente opta por prevenir. Aunque para los recién llegados puede ser atemorizante, hay una cultura de prevención arraigada en un porcentaje enorme de la población, así como en protección civil.
Con cada amenaza de ciclón el escenario es más o menos similar: estantes en los supermercados vacíos, tablas de triplay agotadas y amarres improvisados en tinacos y compresores de minisplits.
En los últimos años hemos visto a asociaciones de animales pedir ayuda, y a la población y al municipio acudir a su llamado. Hace cuatro años lo vimos con Tierra de Animales que resguardó todo tipo de animalitos de su santuario en una casa como hogar temporal y este año nos tocó ver a la población organizada para resguardar a todos los perritos de la calle que el refugio Cachorrilandia acoge.
Fue increíble ver que tanto la gobernadora del estado de Quintana Roo, como la Secretaría de Ecología acudieron al llamado de última hora para concretar el rescate de los peluditos en Cachorrilandia.
Al final Beryl golpeó fuerte a Cozumel, Playa del Carmen, Tulum y Carrillo Puerto alcanzando vientos máximos sostenidos de 175 kilómetros por hora y rachas de 220 kilómetros por hora. A Cancún lo impactó con más suavidad que los huracanes Delta y Gamma del 2020, sin embargo, la rutina previa a este ciclón, fue mucho más exigente que hace cuatro años.
En casa la preparación comenzó desde noviembre del 2023. Compartir noticias en este sitio web sobre el cambio climático y los esfuerzos de miles de empresas por lograr la sostenibilidad, sólo nos hacen sospechar que cada año los embates de la naturaleza serán más fuertes, impredecibles y destructivos.
El primer huracán de la temporada 2024 alcanzó la categoría 5 en poco tiempo, se cree que las temperaturas altas de la superficie del mar son una razón clave para que un huracán sea tan potente. De hecho, esta es una de las señales que la población cree es un indicador de que un huracán será fuerte al igual que lo es tener un día caluroso, soleado y despejado un día antes de la llegada del ciclón.
No importa cuánto tratemos de predecir el comportamiento de un ciclón, no hay nada más tranquilizante que estar prevenido y desear con todo el corazón que una vez que pase la tormenta, la única preocupación que tengas sea que nuevo platillo tendrás que inventar para terminar con tu dotación de comida en lata.