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Brand USA, la organización público-privada encargada de la promoción turística de Estados Unidos, ha visto reducido su presupuesto de forma drástica: de 100 millones de dólares anuales a apenas 20 millones—una caída del 80 % aprobada en la última ley de reconciliación fiscal (Travel Weekly).
Este ajuste representa una disminución de recursos y una señal de alerta para la industria global del turismo. El impacto va más allá de Brand USA: pone en jaque la capacidad de las DMOs para defender su inversión estratégica en destinos internacionales.
Por qué importa Brand USA
Las campañas brillantes y los récords de visitantes quizás atraigan atención mediática, pero no suelen influir en los legisladores encargados de asignar fondos públicos .
Para ellos lo que importa es saber:
- ¿Quién se beneficia realmente del turismo?
- ¿Se invierte en grandes cadenas hoteleras o alcanza a pequeñas empresas, artesanos y comunidades minoritarias?
- ¿Existen evidencias de crecimiento económico local gracias a dicha inversión?
Si no existen historias sólidas y cuantificables que evidencien cómo el turismo fortalece empresas emergentes, museos culturales o iniciativas sociales, las DMOs estarán indefensas ante recortes.
Inclusión y equidad: el corazón de la defensa presupuestaria
Stephanie Jones, fundadora de Disrupt for Change y la Diversity Tourism Academy, recalca que integrar intencionalmente a proveedores subrepresentados es una exigencia estratégica, no solo ética (Stephanie Speaks). Debe existir evidencia de:
- Un cúmulo de pequeñas empresas turísticas fortalecidas
- Articulación con operadores y comunidades diversas
- Formatos de formación y visibilidad que les permitan competir
Esto no es caridad: es una estrategia sólida de defensa (advocacy) que proporciona aliados directos para defender el presupuesto ante autoridades locales, estatales y federales.
Regulación y contexto normativo en el caso de Brand USA
El caso de Brand USA refleja la creciente responsabilidad fiscal de los gobiernos, especialmente en periodos post-pandemia y pre eventos masivos (Copa América 2026, JJ.OO. 2028). Por esto:
- Es esencial la transparencia en el uso de recipientes públicos.
- Se exige mostrar retorno de inversión social y económico.
- Las DMOs deben alinearse con normativas de equidad, diversidad y responsabilidad social.
Cumplir con estas exigencias dota al sector turístico de legitimidad frente a auditores y legisladores.
Las decisiones tomadas hoy definirán si el turismo sigue fortaleciéndose, o si será eclipsado por proyectos “más comunitarios” menos medibles. La sostenibilidad, económica y social, se construye con visiones inclusivas, sostenibles y respaldadas por evidencia.

