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El sector de los viajes en Estados Unidos podría enfrentarse a importantes cambios como resultado de una de las órdenes ejecutivas emitidas recientemente, que busca implementar un «proceso de revisión y evaluación reforzado» para las personas que ingresen al país.
La orden establece que, en un plazo de 60 días, las agencias de seguridad y el Departamento de Estado deberán identificar los países con deficiencias significativas en la información de vetting y evaluación. Esto podría derivar en restricciones parciales o totales para los nacionales de dichas naciones.
ASTA promueve la cautela ante las posibles restricciones en viajes
La Asociación de Asesores de Viajes de EE.UU. (ASTA, por sus siglas en inglés) ha pedido un enfoque prudente y mesurado ante estas posibles restricciones. Su director ejecutivo, Zane Kerby, destacó en un comunicado la importancia de proteger la seguridad del país sin comprometer el dinamismo de los viajes internacionales. Según Kerby, «las prohibiciones generales de viaje a países enteros limitan los negocios legítimos y desalientan la llegada de visitantes extranjeros que impulsan nuestra economía y regresan a sus países con una mejor percepción de nuestra nación». Kerby también advirtió sobre el riesgo de represalias por parte de los países afectados y sus aliados, lo que podría desincentivar a los estadounidenses de viajar al extranjero.
No es la primera vez que se plantean este tipo de medidas. Durante su campaña, Donald Trump prometió reinstaurar el veto migratorio de su primera presidencia, el cual fue ratificado por la Corte Suprema y afectó a países como Irán, Libia, Somalia, Siria y Yemen. En esa ocasión, ASTA ya había señalado que este tipo de restricciones no solo tenían un impacto limitado en la seguridad, sino que también implicaban «costos económicos y reputacionales significativos».
Por su parte, la Asociación de Viajes de EE.UU. subrayó que cualquier medida que restrinja los viajes debe equilibrarse con la necesidad de preservar la imagen de Estados Unidos como un destino acogedor. «La seguridad y los viajes deben ir de la mano», afirmó un portavoz. Además, enfatizó que dichas restricciones deben ser temporales, focalizadas en garantizar la seguridad y diseñadas para minimizar las interrupciones al turismo legítimo.
¿Cómo impactarán las nuevas restricciones en viajes internacionales a EE.UU.?
A pesar de los desafíos, el sector de viajes en Estados Unidos se encuentra en una posición estratégica para capitalizar importantes eventos internacionales que atraerán a millones de visitantes en los próximos años. Con eventos como la Copa Mundial de la FIFA en 2026 y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, el país tiene una oportunidad única de consolidarse como un destino líder a nivel mundial. Sin embargo, estas oportunidades podrían verse afectadas si las políticas migratorias desincentivan la llegada de turistas internacionales.
Durante el mandato de Trump, el volumen de llegadas internacionales osciló entre los 77 y 79 millones de visitantes anuales. Aunque estas cifras se mantuvieron estables en comparación con los últimos años de Barack Obama, la participación de mercado de Estados Unidos en el turismo global mostró una tendencia a la baja, con otros destinos atrayendo una mayor proporción de viajeros internacionales.
En un momento crítico para la recuperación y el crecimiento del sector, el equilibrio entre seguridad nacional y apertura al turismo será clave para evitar impactos negativos duraderos en la economía y la reputación global del país.